Aún recuerdo cuando le pedí a los reyes magos una raqueta, tenia 11 o 12 años. Cuando me la trajeron no podía parar de jugar con ella, peloteaba con todas y cada una de las paredes de casa. Le dije a mi padre que quería ser tenista que quería ir a clases de tenis y aprender a jugar. Poco a poco se convirtió en parte de mi.
Me gusta el sonido de una raqueta al golpear una pelota, me gustan los gritos, la concentración que debes de poner y la adrenalina que puedes llegar a soltar en cada golpe. Me gusta el sentimiento de sentirte libre y el intentar superarte en cada momento, también del tremendo odio que sientes al hacerlo mal y la satisfacción de hacer un punto perfecto.
Por una razón u otra perdí las ganas, la ilusión. Voy a dejarte amado y sufrido deporte. Pero juro que algún día volveremos a estar juntos.
jueves, 16 de junio de 2011
sábado, 11 de junio de 2011
Ojos que no ven..
viernes, 10 de junio de 2011
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